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ANÉCDOTAS DE SANTOS

Anécdota n°119

Santa Clara de Asís - Ayuno y oración

Santa Clara de Asis

En el año 1241, Asís sufrió una nueva invasión a manos de Vital de Aversa. Clara y sus hermanas desde su lugar solo podían ofrecer plegarias y el sacrificio de sus penitencias... Las noticias eran cada vez más aterradoras: escasez, muertes, malestar general, rebeldía... Vital llegó a amenazar a la ciudad con la destrucción total y con pasar a sus ciudadanos por el filo de la espada si no se rendían.

Una tarde, Clara llamó a capítulo a sus monjas para enfrentar la situación y les dijo:

    -    Hijas queridas debemos rogar a Dios que guarde a esta ciudad.

Y les mandó que de madrugada volviesen a reunirse.
Al día siguiente muy temprano, todas las hermanas estaban presentes. Clara hizo traer ceniza, se descubrió la cabeza y mandó que todas hicieran lo mismo. Echó sobre su cabeza gran cantidad de ceniza y se la impuso a las hermanas ordenándoles:

    -    Acudan ahora a nuestro Señor y supliquen con todo el ardor de su corazón la liberación de la ciudad.

En la capilla, algunas de rodillas, otras postradas, entre lágrimas y plegarias, ayunando a pan y agua y algunas sin probar bocado, pasaron largas horas...
Al día siguiente, el ejército de Vital, sacudido por el desbande y el desorden, tuvo que huir.

La historia no relata las razones de la derrota... algunos piensan en una violenta tempestad; otros en un comienzo de peste; otros en un desesperado ataque de los asisienses...
El hecho es que el 22 de junio de 1241, Asís se vio otra vez libre de enemigos y todos miraron hacia el convento de San Damián en gesto de gratitud... Esa fecha quedó grabada en la memoria del pueblo.

 

"Cuando se hace bien, la oración conmueve el corazón de Dios y le invita, siempre más, a acoger nuestras súplicas."
(San  Pio de Pietrelcina)

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