Una cosa que el diablo no puede
El diablo se apareció un día a San Mauricio:
- Todo lo que tú haces, lo hago también yo, dijo Satanás al solitario de la Tebaida. Tú ayunas, y yo no como nunca; tú velas, y yo jamás duermo.
- Una cosa hago yo que tú no puedes hacer - contestó Mauricio.
- ¿Y cuál es?
- Humillarme.
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