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CORRECCIÓN


Santos

“Sólo en caso de necesidad y después de habernos corregido a nosotros mismos, se puede reprender a los demás.” (San Antonio de Padua)

“En verdad, toda corrección, en un principio, es motivo de tristeza, no de alegría, pero luego produce, en los que así ha ejercitado, un fruto delicioso de paz y de justicia.” (Dom Columba Marmion)

“No dejemos turbar la paz de nuestra alma por la amargura de ver los defectos del prójimo y por la impaciencia por corregirlos. Cuando lleguemos a la corrección que estamos autorizados a hacer, cuando nuestro brío se ha aplacado con el tiempo por nuestras reflexiones, y cuando lo hemos meditado todo delante de Dios, vigilemos de cerca todos nuestros movimientos, para no dejar turbar la paz de nuestro corazón; pesemos todas nuestras palabras, controlemos todos nuestros gestos para no turbar la paz en los otros. Hablemos poco. Una palabra que surge del fondo de la modestia, del recogimiento y de la caridad, dice todo y hace mucho; mientras que un torrente de palabras no hace más que ofuscar y no cambia nada, es un ardor que se evapora. El que os oye sabe ya de antemano todo lo que queréis decir y lo que os obliga a decirlo. No os agotéis pues, sin necesidad y con riesgo, en exponer todos vuestros pensamientos, cuando aún una sola palabra a veces es demasiado. Si encontráis alguna resistencia, haced como si no la advirtiérais y no penséis que habéis perdido vuestro esfuerzo. La tierra que resiste al arado no es la más estéril; el grano que ella traga y parece aniquilar, germinará a su tiempo.” (Fr. Ambrosio de Lombez – Práctica de la paz interior – pág 110)

“¿La ocasión más adecuada para levantarse contra este abuso es ésta que ahora se os presenta? ¿Dios os ha destinado a corregirla? ¿Y veis vos todos los medios para ello, para elegir los más suaves y los más adecuados? ¿Estáis vos mismo exento de ese defecto, como hay que estarlo para que la recriminación no sea el único fruto de vuestro celo? ¿Es ése el defecto que debe ser corregido en primer término en la persona que vais a reprender? ¿No se trata, quizá, no ya del más perjudicial para ella o para los demás, sino del que más os choca o por algún motivo os afecta más? ¡Cuánta paz gozaríamos si hiciéramos todas estas reflexiones, y cuánto provecho sacaríamos de la conducta de nuestro prójimo, por más imperfecta que fuese, si cada una de sus faltas nos volviera a traer así a las reglas de la prudencia!” (Fr. Ambrosio de Lombez – Práctica de la paz interior – pág 102)

“La corrección, si no es largamente meditada en tanto la naturaleza del mal puede permitirlo, y si no va preparada por la oración, tendrá las más de las veces a la pasión por principio o por efecto… chocamos con aquellos que pretendemos corregir y cuyo afecto hubiéramos debido ganarnos. En tal confusión, no sabemos elegir ni los medios para insinuarnos, ni las palabras ni los gestos adecuados para expresarnos como conviene: todo no es más que fogosidad, amargura, frustración por ambas partes.” (Fr. Ambrosio de Lombez – Práctica de la paz interior – pág 100)

 

Biblia

"Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia," (2 Tim 3,16)

"Si ustedes tienen que sufrir es para su corrección; porque Dios los trata como a hijos, y ¿hay algún hijo que no sea corregido por su padre?" (Heb 12,7)